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La Vaca se empaca de Agus Lynch

Hoy paso por acá para recomendarles La vaca se empaca, el nuevo libro de Agus Lynch. Si conocés alguno de sus otros títulos ya te darás una idea sobre qué va; así como en el primer libro la vaca se aventuraba a dormir y, en el segundo, a probar la espinaca y demás alimentos, en este transita los berrinches.

Ay, los berrinches. Cualquier herramienta para poder surfearlos de una mejor manera es bienvenida. Al menos, en mi caso… porque no tengo pudor en admitir que los berrinches sacan lo peor de mí. Cuando se desata una rabieta de los chicos esos días en que estoy especialmente cansada, o frustrada, se destapa el lado más oscuro de mi maternidad.

Maritchu Seitun habló mucho el otro día al respecto en la presentación del libro de Agus. Nos compartió algunos consejos muy valiosos que es imposible sintetizar por acá, pero te dejo un miniadelanto y te invito a que leas el post completo en FB o la web:

-ante los berrinches hacemos lo que podemos y son una etapa muy normal del desarrollo. Vienen del sentimiento de “acá estoy yo; soy una persona separada de mamá, quiero hacer lo que yo quiero”. El berrinche es sinónimo de mucho miedo, de frustración extrema y el deseo de individuarse de los chicos. Y el niño sobreadaptado que no tiene berrinches a los 2 o a los 3, quizás los tenga a los 8, a los 12 o a los 40. Es mejor enfrentar el tema.

-ante los berrinches hay distintas respuestas de los padres, y esto es algo que explora el libro de Agus. Quizás la salida más fácil sea darles lo que piden o encajarles el teléfono: sí, es la salida fácil, pero no ayuda a transitar las rabietas. Ese chiquito al que siempre cedo no aprende a esperar, no aprende a frustrarse ni a sufrir; se convierte en un yo frágil, en un niño que no comparte, que termina siendo un malcriado. En cambio, la idea es ser padres amorosos, pero que saben sostener un NO.

-otra reacción normal es encerrar al chico, mandarlos al baño o al cuarto. Pero lo que comunico con esto es: “Yo no te quiero así, entonces no te quiero ver”. En cambio el mensaje debería ser: “Yo te quiero incondicionalmente, no solo cuando sonreís, y te voy a esperar…”. Claro, esto es fácil de decir pero no tanto de hacer, y Maritchu advierte que si yo, como padre, me estoy alterando mucho, es momento de tomar distancia: de alejarme yo o al chico, no tanto como penitencia sino como un separar cuerpos, para protección mutua primero y reencuentro luego.

-otro clásico es distraer al chico cuando lo invade un berrinche. Sirve, pero no puede ser el único modus operandi: si siempre los distraigo no enfrento el tema.

Al final, la esencia de la vida es un poco esto: “Nos olvidamos el vaso verde en lo de tu abuela, lamento en el alma que llores y lo quieras, pero no lo puedo hacer aparecer; te acompaño en el dolor de que no tenés el vaso verde, pero ahora tomás en el vaso celeste o no tomás nada”. Enfrentar la situación es lo que fortalece.

-todo lo que hacemos es contagioso. Si yo respiro hondo, a la larga ellos van a respirar hondo. En cambio, cuando uno se altera nos alteramos todos. Hay que -intentar- entender al chico, respirar, conducirlo a ese estado para que él reconecte también y recién entonces va a ser el momento de hablar. El adulto es el que puede poner las emociones en palabras y la clave pasa por ahí, por poder decir: “Vos estás enojado, qué rabia que mamá se olvidó el vaso verde”. Pero el timing es importante. Si intentás hablar y poner las cosas en palabras cuando él sigue sacado, es peor, causa más irritación.

-en el fondo la cuestión es el RESPETO. Respetar su enojo y la frustración, la desesperación que le da al chico no poder hacer lo que quiere, lo que NO significa conceder. Con todo el respeto del mundo te digo que lo que es no, es no.

-durante la pandemia hubo más berrinches ante el mayor cansancio de todos los miembros de la familia. Además, hubo menos movimiento y menos juego simbólico, y este último es especialmente importante para que los chicos procesen lo que les pasa. El tema da para mucho, y me fascina que La vaca se empaca nos ayude a ponerlo sobre la mesa.

Como todos los libros de Agus, conseguís este en la tienda online de @mamas_sos. 100 por ciento recomendado.

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