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La elegancia del erizo

Desde hacía tiempo tenía La elegancia del erizo anotado en la lista de mi teléfono que dedico a Lecturas pendientes. Qué placer es darle "check" a un nuevo título; no solo porque siempre amé tachar, sino porque el libro me gustó muchísimo.

Necesité unos días para que decantara la historia antes de escribir esta reseña. Es que, se tocan temas profundos, como la soledad, la hipocresía de la sociedad, la inteligencia y sensibilidad de seres que pueden pasar desapercibidos.

Se echa luz también sobre cómo al detenernos a prestar atención al otro podemos cambiar su mundo para siempre. Pero quizás lo más importante de la historia no es tanto lo que pasa sino cómo está narrada. El relato avanza a partir de dos perspectivas en primera persona que corresponden a la joven Paloma, brillante y mordaz, y a Reneé Michel, la portera de un edificio burgués.

Sus consideraciones se alternan a lo largo del libro en cortos capítulos, y pareciera que es cierto eso de que ser muy inteligente a veces atenta con la felicidad. Pero de a poco, vemos cómo estas dos almas solitarias logran encontrarse en un entorno donde a priori reina la apariencia y la mediocridad; es decir, terminan desafiando esta idea y logrando hallar la belleza de este mundo.

Sin spoilear, no puedo no dedicar un adjetivo al final, que me resultó desgarrador (¿y a vos?).

Y ahora sí, para cerrar, me hago eco de Barbery y me pregunto: “¿Dónde se encuentra la belleza? ¿En las grandes cosas que, como las demás, están destinadas a morir, o bien en las pequeñas que, sin pretensiones, saben engastar en el instante una gema de infinitud?”.

PH @miaastrada

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