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El ángel de la guarda - o "los"

A este bebe sonriente lo cuida el ángel de la guarda. Y al hermano, también.

Y a mí, que voy por la vida torpe, despistada y apurada, ni te cuento. Me viene cuidando desde que nací, allá por 1986.

No te confundas: el ángel de la guarda no es, solamente, un ente etéreo que vuela por los Cielos, donde sea que estén, y nos cuida desde arriba sin hacerse ver.

El ángel de la guarda sos vos. Soy yo. Somos todos.

El ángel de la guarda es la amiga que se aviva de que tu hijo se metió al lago sin salvavidas y se lo pone, mientras vos te distrajiste charlando con otra.

El ángel de la guarda es el tipo que chequea el teléfono justo cuando su hermana le escribe pidiendo socorro porque su departamento se prende fuego y ella está adentro encerrada.

El ángel de la guarda es el primo que, cuando a tu hija la golpea un caballo, tiene la frialdad necesaria para actuar rápidamente, subirla a la ambulancia y encarar a la Austral.

Y así puedo seguir in eternum.

Lo loco es que también hay miles de momentos en que actuamos como ángeles y ni nos enteramos de que fue así. En que nos usan de instrumento desde el más allá.

Qué lindo tener la docilidad y el corazón para disponernos a esta tarea.

Soy una convencida de que Dios nos llama a vivir el cielo en la Tierra y parte de eso, creo, tiene que ver con esto, con estar atentos a cómo podemos ser ángeles para el prójimo.


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