top of page

No es tan importante

Sumo una más a la lista de frases y palabras que me dan placer mental: "No es tan importante". Estas palabras mágicas las pronunció mi psicóloga el otro día, al final de la sesión, después de que veníamos trabajando un tema desde hacía un tiempito. Sentí alivio inmediato de sacarle peso y drama e importancia -y toda esa gravitas que me caracteriza- a cuestiones que, al final del día, NO SON TAN IMPORTANTES. No sé qué te aqueja hoy a vos, pero probá pensando en que quizás noes tan importante como pensás. Quizás el mundo no se va a frenar por eso, tu vida no se va arruinar ni va a pasar ninguna de las tragedias que tu cabeza, si es como la mía, a veces piensa que van a suceder. No es tan importante. No somos tan importantes. No sos tan importante. Te invito a que apliques estas palabras la próxima vez que algo que te aqueje, y después me contás cómo te fue. Espero que no malinterpretes este post; a la mayoría de ustedes no los conozco en profundidad y quizás lo que te desvela sí es importante. Y lo que me desvela a mí muchas veces también. No digo que no. Solo digo que, muchas otras veces, es mi cabeza la que me juega la peor partida, más ruda y pesada que la que después impone la realidad. Ya lo dijo Mark Twain: tuve un montón de problemas en la vida; la mayoría no pasó jamás. O algo así. Mientras escribo este post, con Facu en pijama despatarrado encima mía tomando su Nesquik y Lorenzo durmiendo en su cuna pienso que lo que importa, verdaderamente, es muy poco. Y eso está muy bien. ¿Qué pasa si pruebo disfrutando y relajándome un poco más?


bottom of page