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Clásicos de la biblioteca si los hay...


Hay momentos de la vida en que uno no puede hacer más que esperar... y es entonces que los libros se prueban el aliado más fiel: aunque sean las tres am, jamás van a echarte en cara que es mejor cortar con la obsesión. La compañía literaria no se presta sólo cuando la espera es física, como en las aborrecidas salas de espera de ese dentista que ama dar sobreturnos, sino también en momentos más existenciales o de transición, como cuando uno espera que reaparezca “el” exnovio o que te llamen de ese laburo para el que te entrevistaste hace más de dos semanas. Claro que no se trata de que los libros nos distraigan con historias “lindas”, para consolarnos con la ficción de un mundo feliz. Justamente, el mayor encanto de la literatura, al menos para mí, es que te enfrenta a todas las facetas del ser humano, incluso el dolor. A los 17, cortar con mi novio de turno fue la peor de las tragedias que me había pasado hasta entonces. Desesperada, hallé consuelo en amigas, claro, pero a veces uno no necesita darle vueltas al asunto en la cabeza sino callarla por un rato. Me volqué, entonces, a la lectura ávida de Matar a un ruiseñor, y con la excusa de llorar por los dramas de sus protagonistas, hacía catarsis por el descarado que había tenido el tupé de echarme flit. Este clásico de la literatura norteamericana ganó el Premio Pulitzer en 1961. Es la única novela que escribió Harper Lee, amiga íntima de Truman Capote, a quien tendremos el gusto de recordar en sesiones futuras de nuestro Book Club. Quizás lo leíste en el colegio y, como pasa con tantos libros de la secundaria, te quedó un recuerdo sesgado, teñido por la poca gracia de tantos -no todos- profesores de secundaria; pero te invito a que lo releas desde otro lugar. Vale la pena darle una chance a la obra que cambió, para siempre, la forma de entender el derecho a la justicia. Sus temas siguen vigentes y así, hoy emocionan a los lectores tanto o más que cuando se publicó. Y, aunque claro que los enfrentamientos sociales aún existen, creo que libros como este hacen su aporte para que vivamos en un mundo más justo y con -algo más- de paz. PD desde hoy, encontrá todos los lunes mis reseñas en @viajarenpalabras


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