Si todavía no leíste nada de esta autora, te pregunto: ¿qué estás esperando? Su gran clásico gran es El segundo sexo, un ensayo que fue precursor del feminismo francés. En La mujer rota (La femme rompue), en cambio, conocemos su faceta de ficción. A lo largo de tres historias, independientes entre sí, la que supo ser la mujer de Sartre (en un matrimonio por demás liberal) reflexiona sobre ciertos denominadores en común, como el fracaso, la pérdida de la juventud, el mito del amor rosa, la tristeza y el cuestionar las propias decisiones.
Quizás, el más cautivante de los relatos sea el tercero, en el que la protagonista queda hecha añicos después de enterarse de que su marido le es infiel y se reprocha el haber amoldado toda su vida en torno a su cónyuge.
Aclaro, por las dudas: no es un libro “deprimente”, o al menos a mí no me deprime leer historias que son universales y que tocan temas que, si sos medianamente sensible, seguro te van a hacer pensar.
Por último, les dejo una de mis frases favoritas: “Nunca seríamos dos extraños. Uno de estos días, mañana quizá, nos reencontraríamos, puesto que mi corazón ya lo había encontrado”…